sábado, 19 de febrero de 2011

Le costaba ir a comprar.

Las sabanas le lastimaban la piel, tenia el perfume de quien se fue
los mates cocidos le descocían la garganta dejando pequeños gritos que no mencionó
quiso ponerse las zapatillas pero le costaba anudarse los cordones
la desazón tocaba el timbre, estaba en el chico del delivery, en la comida que nunca cocinó.

Una botella de agua al lado de la cama hace días,
las películas seleccionadas para la situación,
 las montañas de ropa sucia eran su  fuerte
y los platos sucios con restos de lo que quedaba de su amor.

Cuantos días durará? se pregunto...
Tomaba té como si fuera siempre las 5 o'clock
la novela de amor del sereno del garage y la vecina la aburrió
le escarbaba bien profundo el verano con tanto sol.

Y ya no pudo escuchar ese disco por un buen tiempo
ese día el papel higiénico se acabó, la sal, el azúcar...
le costaba anudarse los cordones, le costaba el andar
le costaba pararse para ir a comprar.

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